La elegancia de movimientos y de gestos de un felino no puede superarlo ningún animal, incluido sin lugar a dudas por los humanos. En este último caso no incluyo a Audrey Hepburn, era excepcional y con una apariencia tan elegante y felina como el más bellos de los gatos, sin necesidad de caretas.
Nada que objetar... En absoluto. Solo añadiría que desde que he visto a un gatito comportarse como un perro, recogiendo una bola, y trayéndola hacia ti una y otra vez, para que se la lanzaras más me asombra su capacidad.
La elegancia de movimientos y de gestos de un felino no puede superarlo ningún animal, incluido sin lugar a dudas por los humanos.
ResponderEliminarEn este último caso no incluyo a Audrey Hepburn, era excepcional y con una apariencia tan elegante y felina como el más bellos de los gatos, sin necesidad de caretas.
Un saludo cinéfilo, Dexter
Blas.
ResponderEliminarNada que objetar... En absoluto. Solo añadiría que desde que he visto a un gatito comportarse como un perro, recogiendo una bola, y trayéndola hacia ti una y otra vez, para que se la lanzaras más me asombra su capacidad.
Un saludo cinéfilo.
P.D.: Audrey era simplemente Audrey.