Allá por el año 1994 se emitió por televisión española (TVE) un interesantísimo programa, "Imágenes Prohibidas", que trataba un tema de nuestro pasado reciente (o no tan reciente, como bien pueden atestiguar los alumnos que asisten a videoforos organizados en determinados colegios privados): la censura en el cine español. En uno de los "episodios" un sarcástico Berlanga mencionaba cierta anécdota sobre la actividad de los censores.
Había sometido al organismo pertinente un guión escrito por él. En él se incluía un plano general del tramo de la Gran Vía madrileña que sube desde el entronque con la calle Alcalá. Pues bien, el censor lo rechazó con el argumento de que siendo Berlanga era capaz de incluir al fondo del plano a unos obispos entrando en el Pasapoga, una sala de fiestas que gozaba de fama por ser el abrevadero habitual de los crápulas y bon vivants de la época.
Bien podrán imaginarse la risa del director de cine cuando recordaba esta anécdota.
Bien podrán imaginarse la risa del director de cine cuando recordaba esta anécdota.
[Esta anécdota pueden leerla con más detalle en el blog Historias de España].
Ítem más. Según parece, cuando se estrenó "Gilda" en España, corría un rumor según el cual la versión estrenada en nuestro país estaba cortada: para indignación de los espectadores la censura había escamoteado al respetable el subsiguiente "strip tease" de Rita Hayworth. Según los más enterados lo del guante no era más que un entremés...
¿Con el particular y curioso Código Hays en vigor?
"Gilda" (Charles Vidor, 1946)
Ni falta que hacía, ¿no?
5 comentarios:
Pero no podían censurar los pensamientos de los espectadores. De todas formas tienes razón: no nos hace falta que Rita siguiera quitándose ropa.
Saludos!
Ethan.
Por suerte la "policía del pensamiento" sólo es una invención literaria, terrible pero ficción a fin de cuentas.
Un saludo cinéfilo.
Es increíble que en España tuviera esa fama el cine que venía de los EEUU, cuando precisamente allí eran súper puritanos con el tema del cine... PEro desde luego, aquí ganábamos, sin duda.
En aquella época, la imaginación era más viva que ahora, mucho mejor utilizada, y era más necesaria. Ahora muchas veces, desearias tener que usarla...
Y por supuesto, las actrices eran lo suficientemente profesionales, para que no hiciera falta que se quitaran vestuario para insinuar lo que quisieran.
Un saludo Dexter!!
Blas.
Blas.
Lo más gracioso es que corría por Hollywood el rumor de que Mr. Hays tenía una obsesión (llamémosla más bien fijación..., el adjetivo lo dejo a la imaginación) con los ombligos femeninos, siendo ésta una de las razones de su furor censor.
Si hablamos de imaginación quién no recuerda el "toque Lubitsch" (sí, lo sé, señor Pond, las puertas del maestro Lubitsch, el tema habitual). Por ejemplo en "Ninotchka" la juerga que se montan los tres enviados soviéticos en la suite real, una francachela de la que sólo oímos las voces...
Un saludo cinéfilo.
Blas.
Por cierto, en el homenaje que Pilar Miró incluyó en "Beltenebros" el strip-tease de Patsy Kensit va un pasito más allá.
Un saludo cinéfilo.
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