Un espacio destinado a charlar acerca del cine, saboreando una taza de café (puede que más), sentados en torno a una mesa. Por el simple gusto de hablar por hablar acerca de una pasión compartida por una reducida infinidad, así nomás como son estas cosas.

Bienvenidos a mi hogar. Entren libremente. Pasen sin temor. ¡Y dejen en él un poco de la felicidad que traen consigo!

domingo, 7 de junio de 2009

FILIBUSTEROS AL FRENTE, FILIBUSTEROS A LA IZQUIERDA, FILIBUSTEROS A LA DERECHA


[En el episodio anterior: el Loro Azul sufre el acoso y subsiguiente ataque de un buque pirata. A pesar de la violenta resistencia interpuesta por sus tripulantes nada pueden hacer para evitar el abordaje. Ambos buques, unidos por decenas de maromas, mantienen un mismo rumbo fatal.
Sin tardanza los primeros filibusteros saltan sobre la cubierta].





[Música de acompañamiento]

"El Deméter, es el Deméter".

Ese y no otro era el grito que resonaba de proa a popa, mientras luchábamos con cuanto teníamos a mano, bien fueran sables, simples maderos o los mismísimos dientes si era preciso.


El Deméter, el barco del capitán Harmen van der Dertien "el Javanés", un filibustero que primeramente había asolado los mares de Sumatra y Borneo, en lucha perenne ora contra la Compañía de las Indias Orientales ora contra la competencia (en su mayoría piratas chinos no menos feroces que él), mostrando en ambos casos la misma falta de clemencia y un ardor parejo. Desde hacía ya un par de años había decidido cambiar las localizaciones de sus pillajes por otras aguas más provechosas, para lo cual le fue preciso emprender la hazaña de Drake: doblar el mítico Kaap Horn (el Cabo de Hornos), bajo el implacable azote de los "cuarenta bramadores", los terribles vientos que asolan esas latitudes, levantando a su paso olas cual montañas que sepultan bajo su corona de espuma velámenes y jarcias.

Ya no nos restaba otra posibilidad que redoblar aún más nuestros mandobles...

¡Venderíamos cara nuestra piel antes de surcar el Aqueronte!



"Réquiem de Guerra", opus 66, de Benjamin Britten

2 comentarios:

BLAS dijo...

Espero que no nos dejes cruzando el Cabo de Hornos!! Continúa, rapidito que me estoy mojando con tantas olas chocando contra el caso de mi navío!

Jajajaja! Saludos Dexter!

G. K. Dexter dijo...

Blas.

Me encuentro tan sumido en el cruento combate que yo soy el primero en desear un pronto desenlace, sea cual sea el aspecto que acabe por poseer. No por nada mucho me temo que acabaré por contraer una tendinitis de aupa a causa de la humedad, y por no hablar del sinnúmero de paradas, fintas y estocadas que llevo propinando.
Que no hay cristiano que aguante este constante entrechocar de aceros, ¡voto a tal! ;)

Un saludo cinéfilo.