En anteriores posts de “El Loro Azul” escribí acerca de algunas experiencias vividas durante mi corta estancia en Madrid, en el transcurso de mis, ¡ay!, pasadas vacaciones. Por estas páginas electrónicas desfilaron las fotografías de Steichen, las imágenes de las películas de Charles Chaplin y las anécdotas acerca de “La Caza de Brujas”.
Mi pretensión original pasaba por elaborar tan sólo tres posts, y con esa intención en mente así fue como los numeré, incluyendo para mayor seguridad un terminante y tres en el último. Sin embargo las circunstancias han venido a demostrarme una vez más que el pretender fijar unos límites razonables a los propios deseos a menudo posee unos efectos inesperados, una realidad cuyo cumplimiento se demuestra por la presencia de este post adicional.
Antes de proseguir, y para ponernos un poco en situación, y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, dicho de otra forma que estamos a sábado, quiero poner como fondo musical un tema maravilloso correspondiente a la quinta sinfonía de Gustav Mahler. Se trata más concretamente del cuarto movimiento, el adagietto, incluido por Luchino Visconti en la banda sonora de su adaptación de la novela “Muerte en Venecia” de Thomas Mann ("Morte a Venezia", Luchino Visconti, 1971).
Antes de proseguir, y para ponernos un poco en situación, y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, dicho de otra forma que estamos a sábado, quiero poner como fondo musical un tema maravilloso correspondiente a la quinta sinfonía de Gustav Mahler. Se trata más concretamente del cuarto movimiento, el adagietto, incluido por Luchino Visconti en la banda sonora de su adaptación de la novela “Muerte en Venecia” de Thomas Mann ("Morte a Venezia", Luchino Visconti, 1971).
Y parafraseando la aclaración incluida en los títulos de crédito de muchas películas “cualquier parecido con el contenido de este post es pura coincidencia”.
Zubin Mehta dirige a la Orquesta Filarmónica de Israel
Una de las costumbres que mantengo cuando visito Madrid por cuestiones de ocio, las debidas a motivaciones laborales no cuentan, es visitar la librería “Ocho y Medio”, y en esta ocasión no hice una excepción. Para evitar repetir la escena en la que Richard Gere visita junto con Julia Roberts una tienda de moda de Beverly Hills, esta vez iba con una lista muy concreta de títulos a buscar, además de haber dejado la tarjeta en el hotel. No era cosa de gastar una “cantidad asquerosamente indecente de dinero”, tomada esta expresión en unos términos muy pero que muy relativos.
Sin embargo, como suele ocurrir en estos casos, acabé adquiriendo precisamente los libros que no pretendía comprar; a ello ayudó el que no se encontraran disponibles los que buscaba. Acerca de uno de ellos ya hablé en su día, “Hollywood y la Caza de Brujas” de Isabel M. Barrios, el otro es “Así se hacen las películas” de Sidney Lumet.
Sidney Lumet
Un volumen de unas doscientas treinta páginas en las que el director de cine, utilizando un lenguaje próximo y muy ameno, detalla por medio de sus experiencias y anécdotas, los pasos necesarios para desarrollar una película, desde las primeras reuniones de preproducción hasta que el filme se haya listo para su proyección en los cines. Una oportunidad para comprender los ímprobos esfuerzos que supone el llevar a buen término un largometraje, sin ahorrarse las malas experiencias, las largas jornadas de trabajo y los sinsabores que trae consigo.
"Tarde de Perros" ("Dog Day Afternoon", Sidney Lumet, 1975)
Sin embargo siempre se hayan presentes unas frases incluidas en el prefacio con las que Lumet resume la razón por la que alguien está dispuesto a acometer semejante empresa a pesar de las dificultades inherentes:
“Es a la vez una técnica compleja y un proceso emocional. Es arte. Es negocio. Te rompe el corazón y es divertido. Es una forma genial de ganarte la vida”.
4 comentarios:
Alberto Q.
www.lacoctelera.com/Traslaspuertas
Exclusiva que le doy ya que pone TARDE DE PERROS. Acabo de volver de la rueda de prensa de PACINO y DE NIRO en Madrid sobre su nueva peli...
PD: Le aclaro que en mi post de BARROCO hago una critica personal. Por su comment creo que no lo ha leido entero o bien.
Un abrazo, amigo GK Dexter!
Amigo Dexter, tengo que reconocer que sabe perfectamente a donde caminar sus pasos cuando acude a Madrid. Me congratula saber que también se pasea por 'ocho y medio', una librería que debería formar parte de cualquier 'tour' cinéfilo y que frecuento tal que usted. Compruebo que ha escogido a Lumet para su post, un director del que tengo pendiente un estudio sobre uno de sus filmes para incluirlo en mi blog. Una frase muy acertada para acabar su reseña que bien podría aplicarse a cualquier profesión(siempre que sea la que gustes).Un saludo.
Por cierto, el adagietto de Mahler, genial!!. Saludos
Alberto.
Tiene toda la razón; el hecho de haber escrito mi comentario con un poco de prisa me hizo cometer ese error de apreciación: pero si es que su post es de por sí una crítica personal a la obra teatral.
Respecto a la rueda de prensa a la que asistió pude leer acerca de ella en la edición de hoy de "El País". Aunque desde luego no hay nada como estar allí, "in situ".
Un saludo cinéfilo.
Landi.
A la espera de leer ese post sobre Lumet yo por mi parte seguiré ahorrando para hacer algún pedido pendiente a "Ocho y Medio", aunque sea por medio de un método más frío como es el comercio electrónico.
Respecto a lo de disfrutar con el trabajo que uno realiza, hace poco me ocurrió una anécdota muy curiosa. Por una de esas casualidades de la vida acabé charlando con un desconocido, escocés para más señas. Al saber él poco español y por ser mi inglés bastante rudimentario debimos recurrir a los diálogos de películas en versión original (y a los gestos, por supuesto).
Una de las últimas frases que me dijo, antes de despedirse, era la misma que le dirigió un buen día su padre: tu hobby, tu trabajo.
No es mala idea.
Un saludo cinéfilo.
P.D.: aunque Mahler no sea mi músico preferido me encanta este movimiento.
Publicar un comentario