TÍO OSCAR HOGAN HOLLYWOOD

Hollywood. 1986. Quincuagésima Novena Ceremonia de Entrega de los Premios Oscar. (Permítanme este arranque-homenaje a Sophia Petrillo).

El actor Paul Hogan, co-guionista junto a John Cornell y Ken Shadie de la producción australiana “Cocodrilo Dundee” ("Cocodrile Dundee", Peter Faiman, 1986) están nominados al Oscar al mejor guión original. A pesar de las decenas de miles de kilómetros recorridos, y el esfuerzo aparejado, las probabilidades de obtener dicho galardón se revelan como prácticamente nulas. Sólo es necesario aclarar que los candidatos contra los que compite son nada menos que Oliver Stone, por partida doble, ahí es nada, nominado por “Platoon” y “Salvador”, Hanif Kureishi por “Mi Hermosa Lavandería” (libro en la colección Anagrama) y, para rematar, el mismísimo Woody Allen, por “Hannah y sus Hermanas”.


Los organizadores del magno evento acuerdan dejar la presentación de la ceremonia en manos de un triplete de actores, conformado por el propio Hogan, Chevy Chase y Goldie Hawn. Se diría que trataran de compensar al primero por el jet lag contraído a causa del vuelo transoceánico.

El australiano no tarda en hacer gala (valga la redundancia) de su vis cómica y no pierde la oportunidad brindada para ofrecer una serie de consejos a los que vayan a subir al escenario a recoger su premio. Entre ellos destaca una recomendación muy concisa que él denomina la regla de las tres aes, o de las tres ges para los angloparlantes (peculiaridades inherentes a las traducciones).


“Sed amables, agradecidos y adiós [Be Gracious ... Be Grateful ... and Get Off!]. No digáis yo no merezco el premio de la academia. Si lo creéis así, seguid sentados en vuestra butaca”.

A continuación incluyo el vídeo donde se puede disfrutar mediante el visionado del jocoso parlamento mediante el que el humorista de las antípodas se dirigió a la audiencia (entre el público que prorrumpe en carcajadas se encontrarán a famosos como George Kennedy, Dustin Hoffman y Dennis Hopper). Por desgracia no obtuvo el Oscar (el galardón iría a parar a las manos de Woody Allen) mas no puede negarse que en todo momento mantuvo la más exquisita compostura, o al menos el más genuino de los sentidos, el del buen humor.

Curiosamente en una de mis carpetas de papelotes tenía apuntada la anterior cita desde ya hace unos cuantos añitos. Cuál sería mi sorpresa cuando me puse a buscar documentación adicional y me acabé encontrando, además de con el vídeo de Youtube, con una multitud de blogs en inglés donde se incluía precisamente esta anécdota.

Je, je,... Voy a ser un poco malo. ¿Lo habrá visto el representante de P...?

NOTA ADICIONAL: al cierre de la edición de este post un colega me ha comentado que por Internet circula una transcripción, en inglés, del texto completo del discurso de Paul Hogan, aunque los derechos se hayan rigurosamente reservados. Yo, por mi parte, confieso que deberé conformarme con poner en práctica las enseñanzas adquiridas durante mis lejanos años de bachillerato, y más en concreto en aquellos listening por sorpresa de las clases de inglés.

Lo de la etiqueta de "hallazgos" me temo que sea una humorada a la australiana.

NOTA ADICIONAL A LA NOTA ADICIONAL: traducción del discurso.