Cuando Winston Churchill necesitaba consejo en temas económicos acudía a la ayuda de un grupo de tres asesores, unos prestigiosos economistas entre los que se encontraba el mismísimo John Maynard Keynes. Mas invariablemente cada vez que les hacía una consulta obtenía cuatro respuestas: Keynes siempre le daba dos.
Desde luego no es mi intención compararme con cualesquiera de los antes citados y sin embargo cuando me decidí a realizar unos pequeños cambios en el blog me vi en una situación algo similar. Lejos de consultar a mis colegas informáticos mi atrevimiento me empujó a pedirme consejo a mí mismo. Craso error, como bien pronto descubrí. Durante algunos minutos me vi enfrentado a las lenguajerías informáticas, trufadas de comandos que ni comprendo ni conozco, presa del mayor de los delirios. Finalmente logré en parte mi propósito, mas si debiera explicar los pasos seguidos dudo mucho que pudiera hacerlo.
A continuación incluyo una de las escenas más hilarantes de Esta casa es una ruina, una escena en la que según mi opinión Spielberg homenajea con corrección a los mecanismos del slapstick.
Esta casa es una ruina (The money pit, Steven Spielberg, 1986)
Cualquier similitud o parecido con lo expresado en los párrafos precedentes es fruto de la más pura y prístina de las casualidades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario