Un espacio destinado a charlar acerca del cine, saboreando una taza de café (puede que más), sentados en torno a una mesa. Por el simple gusto de hablar por hablar acerca de una pasión compartida por una reducida infinidad, así nomás como son estas cosas.

Bienvenidos a mi hogar. Entren libremente. Pasen sin temor. ¡Y dejen en él un poco de la felicidad que traen consigo!

sábado, 10 de enero de 2009

HECHOS, HECHOS, HECHOS





"Network: un mundo implacable" ("Network", Sidney Lumet, 1976)



"-Sí -susurró ella. Aceleró el paso-. ¿Ha visto alguna vez los coches retropropulsados que corren por esta calle?

-¡Estás cambiando de tema!

-A veces, pienso que sus conductores no saben cómo es la hierba, ni las flores, porque nunca las ven con detenimiento -dijo ella-. Si le mostrase a uno de esos chóferes una borrosa mancha verde, diría: ¡Oh, sí, es hierba? ¿Una mancha borrosa de color rosado? ¡Es una rosaleda! Las manchas blancas son casas. Las manchas pardas son vacas. Una vez, mi tío condujo lentamente por una carretera. Condujo a sesenta y cinco kilómetros por hora y lo encarcelaron por dos días. ¿No es curioso, y triste también?

-Piensas demasiado -dijo Montag, incómodo.

-Casi nunca veo la televisión mural, ni voy a las carreras o a los parques de atracciones. Así, pues, dispongo de muchísimo tiempo para dedicarlos a mis absurdos pensamientos. ¿Ha visto los carteles de sesenta metros que hay fuera de la ciudad? ¿Sabía que hubo una época en que los carteles sólo tenían seis metros de largo? Pero los automóviles empezaron a correr tanto que tuvieron que alargar la publicidad, para que durase un poco más.

-¡Lo ignoraba!

-Apuesto a que sé algo más que usted desconoce. Por las mañanas, la hierba está cubierta de rocío.

De pronto, Montag no pudo recordar si sabía aquello o no, lo que le irritó bastante.

-Y si se fija -prosiguió ella, señalando con la barbilla hacia el cielo- hay un hombre en la luna.

Hacía mucho tiempo que él no miraba el satélite.

Recorrieron en silencio el resto del camino. El de ella, pensativo, el de él, irritado e incómodo, acusando".


"Fahrenheit 451", de Ray Bradbury.


Libros...




"Fahrenheit 451" (François Truffaut, 1966)

2 comentarios:

David Cotos dijo...

Esa película de Truffaut te hace pensar harto. Grande maestro Truffaut.

G. K. Dexter dijo...

David C.

En mi caso primeron fueron los mimbres literarios, más en concreto la novela de Ray Bradbury, y luego, al cabo de los años, por fin la película.

Lo curioso es que mis primeras referencias datan de mis tiempos del colegio, cuando un profesor nos habló del filme y de su argumento. A mí la idea de que unos bomberos se ocuparan de quemar libros se me quedó grabada en el subconsciente. En mi biografía personal aquel profesor fue lo más parecido a un "Robin Williams" que haya tenido nunca.

La peli la disfruté en un visionado que organizaron unos amigos en el salón de actos de mi pueblo. Vaya maravilla. Un simple proyector conectado a un reproductor de DVD y varios baffles para proporcionar el sonido. La pantalla de los más simple: la propia pared blanca situada al fondo del escenario...

La verdad es que ambas, novela y película, les tengo un aprecio personal.

Un saludo cinéfilo.