Un espacio destinado a charlar acerca del cine, saboreando una taza de café (puede que más), sentados en torno a una mesa. Por el simple gusto de hablar por hablar acerca de una pasión compartida por una reducida infinidad, así nomás como son estas cosas.

Bienvenidos a mi hogar. Entren libremente. Pasen sin temor. ¡Y dejen en él un poco de la felicidad que traen consigo!

sábado, 26 de diciembre de 2009

EL MEJOR REGALO...

Proyección en 1938



El pasado lunes tuve ocasión de ver cumplido uno de mis sueños. Una vez pilotado por cortesía de un amigo su coche descapotable a través de la ciudad, en plena noche, la capota retirada, escuchando música de CD, ya sólo me queda subirme a un helicóptero..., y un par (de cientos) de cosas más. Pero el pasado lunes, sé que me repito, disfruté de la ocasión de gozar con la visita guiada a la cabina de proyección de un cine. Pero no un cine cualquiera sino uno de los de siempre, con su platea, su "gallinero", su escenario, tramoya y techos que se abismaban en las alturas.

Me gustaría deciros que fui completamente equipado para tan magna ocasión: cámara fotográfica y grabadora para recoger, respectivamente, el momento y las explicaciones del amable operador que ofició como cicerone mas, ¡ay!, no portaba conmigo ninguno de estos elementos. Salí del local con las "escenas" grabadas en la memoria y con una sensación..., ¿cómo denominarla? Quizás el siguiente vídeo pueda ser un pálido reflejo de las emociones que tumultuosas me asaltaron.

"Cinema Paradiso" (Giuseppe Tornatore, 1988)


J***, muchísimas gracias por el inesperado "regalo", te lo digo de corazón.


6 comentarios:

Anónimo dijo...

Alberto Q.
http://traslaspuertas.wordpress.com

Felicidades, caballero.
Una experiencia que seguro que nunca olvidarás. Yo he visto algunas cabinas por diversas circunstancias y la verdad que ver un filme desde ese lugar es, cuanto menos, "distinto".

¿Qué te proyectaron?

Saludos cinéfilos

Elphaba dijo...

Soy completamente incapaz de ver ese trozo de Cinema Paradiso sin emocionarme y llorar, por muchas veces que lo vea.

Me alegra que cumplieras ese sueño :)

G. K. Dexter dijo...

Alberto.

Para ser sincero sólo fueron unos minutos, con el cine ya vacío, pero más que suficientes. Fue una oportunidad brindada por un amigo que gozaba de la amistad del operador. Consistió más bien en una visita ilustrativa cuya guinda fue la oportunidad de ver en funcionamiento el proyector y varias explicaciones técnicas sobre ... ¿cómo se diría?... la forma de variar el formato de proyección de la película.
Mas fue genial..., con visita incluida a la tramoya, tras la pantalla (por un momento me sentí como un personaje de Hitchcock (¿Hermann sonaba sólo en mi cabeza?) o, quizás, como si persiguiera al auténtico Sobieski por un teatro de Varsovia...

Sería un puntazo comentar que la película proyectada era "Cautivos del Mal" o cualquier otra afín, sin embargo se trataba de una película de la Disney que tenía preparada para un ciclo de cine infantil. Y sin embargo, cundió de lo lindo.

Un saludo cinéfilo.

G. K. Dexter dijo...

Elphaba.

Te confesaré, así entre nosotros, que cuando el proyeccionista (no recuerdo como era su nombre así que le llamaré X***, sin el lord delante) nos mostró a la luz el celuloide de una bobina no pude por menos que pensar en "Cinema Paradiso". Para colmo a los pocos minutos empezó a hablarnos de los informes que enviaba la censura (¡otros tiempos!) en los que se indicaban los cortes que debían hacerse durante la proyección (besos, p.e.). ¿Para qué seguir? La analogía estaba clarísima... Yo creo que en aquel momento mis ojos refulgían más que la lámpara del proyector...


Un saludo cinéfilo.

P.D.: te entiendo, a mí los ojos me brillaban aún más a causa de la emoción.
P.P.D.: sí, un sueño menos (o más).

BLAS dijo...

Estupendo regalazo, sin lugar a dudas, y completamente inolvidable. ¡¡Qué gustazo encontrarse en semejante situación!!, además teniendo a una persona entendida que te guía a través de los secretos y misterios de esa habitación de los sueños.

Me alegro por tí Déxter, aunque ahora me cueste acceder al teclado con los dientes rozando al susodicho.

Saludos!!

G. K. Dexter dijo...

Blas.

Sí que fue magnífico. Además lo mejor es que quizás podamos repetir experiencia en un futuro cercano. Ahora bien, en ese caso voy a ir convenientemente pertrechado (grabadora, cámara,...).
¡Hum! Tengo que hablar al respecto con Q, quizás disponga de algún juguetito útil.

Un saludo cinéfilo.