Especialmente oportuna para esos días dotados de una coloración especial. Cuando uno siente la tentación de comprarse una bolsa de churros en cualquier puesto callejero y dejar que los pies te lleven a través de las calles de la ciudad, sea cual sea ésta, sin rumbo concreto.
El maravilloso tema compuesto por Henry Mancini (con letra de Johnny Mercer) para Desayuno con Diamantes, película en la que se nos cuenta la azarosa vida de Holly Golightly. ¿A quién le importa si Blake Edwards traicionó la acidez del texto original de Truman Capote? De esa forma disponemos de dos versiones de la misma historia: la cinematográfica y la escrita.
El tema Moon River, tantas veces versioneado, cantado aquí por la propia Audrey Hepburn, acompañada a la guitarra por Laurindo Almeida.
Una anécdota final. Cuando los productores trataron de eliminar la escena en la que Holly canta esta canción, sentada en el alfeizar de su ventana, la menuda actriz montó en cólera y declaró: "sobre mi cadáver" ("over my body").
Naturalmente la escena se quedó.
7 comentarios:
Muy bello recuerdo, preciosa canción, menos mal que la escena quedó.
Saludos
Efectivamente, es un delicioso recuerdo, y se lo debo a la terquedad de esa actriz que supo hacerse valer para conseguir que esa escena se quedara ahí, tal y como está.
Saludos.
De hecho, creo que es la única escena de la película que merece la pena. ¡Menudo petardo!
De hecho, creo que es la única escena de la película que merece la pena. ¡Menudo petardo!
Eso prueba que el presidente de la Columbia mantenía una opinión completamente opuesta. Aunque según mi opinión existe otra escena que a mí personalmente me encanta: http://www.youtube.com/watch?v=__-unOqTPYk
Un saludo, Rumbonín. Permíteme que te salude al arribar a este mi humilde blog.
P.D.: la taza de café, me temo, que es meramente virtual.
Se te saluda a ti tambien, por cierto ya te enlacé en mi blog:)
Pues ya existe un vínculo, aunque yo no sea lo que propiamente podríamos denominar un hermano de la costa. De primero no sé nadar...
P.D.: aclaración y fe de erratas. No era el presidente de la Columbia (el tal Cohn) sino el de la Paramount. Errare humanum est.
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