Un espacio destinado a charlar acerca del cine, saboreando una taza de café (puede que más), sentados en torno a una mesa. Por el simple gusto de hablar por hablar acerca de una pasión compartida por una reducida infinidad, así nomás como son estas cosas.

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sábado, 28 de junio de 2008

TERRY-THOMAS

A buen seguro que este nombre no les dirá mucho por lo que voy a añadir a continuación su fotografía.


Ahora ya les resulta familiar, ¿verdad? ¿Cómo olvidarse de ese bigote y de ese característico hueco entre los parietales superiores?

Terry-Thomas era un actor británico, murió en 1990, que alcanzó una gran popularidad durante los años sesenta del pasado siglo. Y sin embargo una vez que se contempla alguna de sus interpretaciones su peculiar forma de actuar, una recreación un tanto paródica del esteorotipo de inglés de clase alta, no se olvida.



La primera vez que le conocí (se entiende que me refiero a la pantalla, por supuesto) fue en El mundo está loco, loco, loco (It's a Mad, Mad, Mad, Mad World; Stanley Kramer, 1963) donde interpretaba al teniente coronel Algernon Hawthorne ("coronel Algernon Hawthorne, bueno, teniente coronel").


A pesar de su amplia filmografía con posterioridad sólo tuve ocasión de disfrutar de su presencia en otras dos producciones:

  • Aquellos Chalados en sus Locos Cacharros (Those Magnificent Men in Their Flying Machines, Ken Annakin, 1965). Acerca de una carrera aérea durante la primera época de la aviación.
  • Guía para el Hombre Casado (A Guide for the Married Man, Gene Kelly, 1967). Una desternillante sátira en la que se muestran una serie de infidelidades masculinas, articulada por medio de una serie de historias narradas por el personaje interpretado por Walter Mathau. En ella Terry-Thomas encarna al hombre prematuramente encanecido a causa de la irrupción en su matrimonio de una peculiar espada de Damocles que para él adquiere las formas de un sujetador extraviado por su amante, en su misma alcoba marital, mientras ambos arrugaban sábanas en mutua compañía.

Hoy mismo tuve ocasión de volver a ver la primera película de las citadas y puedo asegurarles que me he reido tanto como el primer día...

...hasta el mismo gag final.

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