Contaba y recontaba Eduardo Galeano que en cierta ocasión Mario Benedetti le habló acerca del manojo de llaves que siempre portaba consigo en el bolsillo, mientras se movía por las calles de Buenos Aires. Eran los peores tiempos de la dictadura y alguien tan significado como él no siempre podía confiar en la seguridad brindada por su propio domicilio. Por eso siempre llevaba encima aquel manojo de llaves. No muchas, sólo cinco. Cinco llaves que abrían otras tantas puertas. Cinco puertas que se abrían a cinco casas. Cinco casas de cinco amigos. Cinco amigos que le daban cobijo y refugio. Cinco amigos, cinco casas, cinco puertas, cinco llaves.
Hacía años que Don Mario ya no necesitaba caminar por Buenos Aires o Montevideo portando ese llavero. A partir de hoy, de ahora en adelante, sus cinco amigos, sus cinco llaves, sus cinco refugios, también deberán acostumbrarse a caminar sin la calidez prestada por su presencia.
4 comentarios:
Puedo decir, sin miedo a equivocarme, que ha muerto un "símbolo" de la literatura iberoamericana, uno de sus más grandes representantes. Con una forma de expresión única capaz de expresarlo todo en una frase. Un imprescindible de la literatura.
Que descanse en paz.
Saludos Dexter!
Blas.
Nos queda el legado de sus palabras: sus relatos, sus novelas, sus poesías (y eso que yo no soy muy aficionado al verso, pero gracias a unos buenos amigos también me animé a leer los volumenes de la Editorial Visor).
En el paisito hasta los botijas estarán tristes...
Un saludo cinéfilo-literario.
Alberto Q.
www.lacoctelera.com/traslaspuertas
Cinco llaves, cinco casas, cinco amigos, cinco vidas, cinco poemas, cinco retazos... Un solo Benedetti.
Gran post, estimado GK Dexter.
Alberto.
Me encanta verte de nuevo por este cafetín cinéfilo (a ratos literario, y siempre ecléctico).
Preciosa coda la que dejas en tu comentario.
Un saludo cinéfilo-asturiano-literario.
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