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sábado, 23 de mayo de 2009

EL BLUESMAN QUE HIZO UN PACTO CON EL DIABLO






Cuando Robert Johnson murió a los veintitrés años, allá por el año 1934, según parece tras haber dado buena cuenta de media botella de whisky aliñado con estricnina que alguien le pasó durante una actuación (¿un rival, una amante despechada, un marido celoso?) su leyenda, lejos de disminuir, no paró de crecer. A la gran popularidad como intérprete del blues propio del Delta del Mississippi ayudó mucho la existencia de un mito que corría de boca en boca entre los más viejos del lugar. Una leyenda que concluía que la prodigiosa forma de interpretar su música había que buscarla en la celebración de un pacto previo con el Maligno; una práctica ésta que al parecer se hallaba bastante extendida entre los deseosos de acrecentar su técnica musical. Tal era la única explicación que podían encontrar para comprender cómo, al cabo de una ausencia que se había extendido durante un año completo, el músico había reaparecido convertido en un auténtico virtuoso.


"Para aprender a tocar todo lo que quieras y componer tus propias canciones, tienes que llevar tu guitarra a un cruce de caminos, al lugar donde dos caminos se cortan. Ve allí y asegúrate de estar en el sitio preciso antes de la medianoche; entonces, coge la guitarra y toca algo tuyo. Un hombre grande y negro irá hasta allí, cogerá tu guitarra y tocará para ti, hará sonar tu canción y te devolverá la guitarra. De esta forma aprendí todo lo que necesito para tocar".

Tommy Johnson, músico, coetáneo de Robert, y como él también oriundo del mismo territorio.



¿Leyendas? De siempre se reconoce el aura mágica que envuelve a los cruces de caminos. No por nada durante muchos siglos los ajusticiados eran enterrados, convenientemente desmembrados, a su vera. Los que así actuaban lo hacían en la creencia de que así al espíritu involuntariamente liberado de su prisión carnal, y desde luego no hará falta aclarar que muy indignado por esa forzada libertad, le sería imposible encontrar el camino de vuelta para materializar la ansiada venganza sobre las personas de sus verdugos.



Mas aquí no hablamos de patíbulos ni tampoco de condenas a muerte, aquí hablamos de un bluesman que, si hemos de hacer caso a las leyendas que circulaban por el Delta, había establecido una relación contractual a título muy oneroso: un acuerdo para convertirse en lo que a continuación podemos escuchar…




"Crossroads" - Robert Johnson

2 comentarios:

Rumbonín dijo...

Buenas Dexter.

Vaya casualidad. Acabo de subir unos temas a mi Myspace y uno es de el Sr Johnson.

Echa un vistazo y se benevolente por favor.

http://profile.myspace.com/index.cfm?fuseaction=user.viewprofile&friendID=467480220

Saludos!!!

G. K. Dexter dijo...

Salve Rumbonín.

¿No habrás ido, por un casual, una de estas pasadas medianoches, al cruce de La Rodriga...?

Me gusta.

Un saludo cinéfilo.

P.D.: se le echaba de menos por acá, maese Rumbonín.